miércoles, 21 de mayo de 2014


ESTIMULACIÓN DE LOS PROCESOS DE LECTURA Y ESCRITURA
La lectura y la escritura son dos habilidades fundamentales que permiten desarrollar el pensamiento y el lenguaje y nos abren las puertas a un mundo increíble de conocimientos, aprendizajes, comprensión y expresión.
Podemos decir que son dos habilidades necesarias para desenvolverse en el mundo actual y que son imprescindibles para el desarrollo personal.
El aprendizaje de los procesos de lectura y escritura es uno de los más importantes en la vida de las personas, con muchos matices y múltiples beneficios. Es la base de aprendizajes posteriores y es además motor de desarrollo del pensamiento, del lenguaje, y de la inteligencia. Dominar estos procesos es garantía de éxito en los estudios y en la vida.
La lectura y la escritura están repletas de magia. La magia de comprender y de poder expresar, que nos lleva a la ilusión por aprender y que nos mete de lleno en el conocimiento y en el saber.
El ritmo de vida actual, ha cambiado el sentido de la educación, perdiendo su verdadero valor para el desarrollo de las personas. Los niños y niñas no pueden disfrutar de los aprendizajes, en muchas ocasiones se ven sumergidos en un camino lleno de metas por superar lo antes posible. Esto les lleva a recorrer el camino, pero perder su ser en el mismo camino, perder la experiencia de desarrollo y aprendizaje que supone el camino en sí.
Nos quejamos de que no comprenden y de que no saben expresarse y por consiguiente no aprenden, solo repiten lo que saben que han de repetir para superar los objetivos. Detengámonos en el camino y démosles las herramientas de comprensión y expresión, que no son otras que las habilidades de leer y escribir. Herramientas estas que aportan la ilusión imprescindible para el desarrollo y la creación de aprendizajes.
Desarrollar estos procesos supone devolverles la magia, de aprender y de desarrollarse.

ESTIMULACIÓN DE LOS PROCESOS DE LECTURA Y ESCRITURA
La construcción del aprendizaje de estos procesos no es una tarea sencilla. En primer lugar los pequeños deben aprender la relación arbitraria producida entre cada letra y su sonido, deben aprender a realizar trazos y dominar nociones de orientación, pero la cosa no se queda aquí. Conocer las letras, sus sonidos y saber escribirlas no es saber leer y escribir; los pequeños deben dar un paso más y aprender a entender el sentido de lo que leen y a dar un sentido adecuado a lo que escriben.

1. Crea un ambiente donde los niños y niñas convivan con la lectura y la escritura desde pequeños. Es importante que los pequeños observen estas habilidades en su vida diaria, que nos vean leer y escribir, que vean libros y cuentos en casa.
2. Proporcionales aprendizajes relacionados, en lugar de aprendizajes aislados. Les ayuda a motivarse y a entender el sentido. Por ejemplo si el niño o niña nos pregunta por una letra de una palabra, le diremos que letra es, y relacionaremos esa letra con otras palabras (siempre del vocabulario que conoce el niño/a y de su interés)
3. Lee en voz alta a los pequeños desde un primer momento. Cuando les leemos en voz alta, incluso cuando son bebés contribuimos al desarrollo de su lenguaje y de su pensamiento, y favorecemos el futuro aprendizaje de la lectoescritura.
4. Escribe conjuntamente con ellos. Cuando estén aprendiendo a escribir, es bueno que no lo vean como algo súper complicado o como una actividad aburrida o una obligación. Por ello transformaremos esta ardua tarea en una actividad lúdica compartida.
5. Relaciona la lengua oral con la lengua escrita. Haz hincapié en los diferentes sonidos y en como las letras se colocan para dar lugar a esos sonidos. Para ellos esto es un aprendizaje complicado es fundamental ayudarles a dar sentido a ese conjunto de símbolos.
6. Anima al niño/a a experimentar leyendo y escribiendo. El aprendizaje se basa en la experimentación. No debemos poner límites a su experimentación. Es bueno que el pequeño lea palabras que encuentra en un cartel, en un bote, etc.
7. Ten en cuenta la edad y el nivel de desarrollo de cada niño/a. Los aprendizajes son personales y cada persona los va construyendo a su propio ritmo.
8. Valora más los aciertos que los errores. No prestes demasiada atención a los errores, siempre que aprendemos es habitual equivocarnos.
9. Usa materiales del medio. Todo lo que podamos emplear es bueno. Ya que hace que los pequeños vean la lectura y la escritura presentes en todo lo que les rodea.
10. Háblales de la lectura y de la escritura.




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